Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1), e631, doi: 10.51252/rsayb.v3i1.631
Nota científica
Scientific note
Ene-Jun, 2024
https://revistas.unsm.edu.pe/index.php/rsayb
e-ISSN: 2810-8841
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La cesta de Enrico Dormia y el balón de Thomas Fogarty,
una dupla que salvó miles de vidas
Enrico Dormia's basket and Thomas Fogarty's ball, a duo that saved thousands of
lives
Castillo-Arrieta, Yhonny1,2, Castillo, Diego1, Parra, Rosargelis1, D’ammassa, Ana1, Figueroa,
Frank1, Romero, José1, Traviezo-Valles, Luis2*
1Instituto Venezolano Médico Docente de Gastroenterología, Espíritu Santo. Policlínica Barquisimeto, Barquisimeto, estado Lara,
Venezuela
2Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias de la Salud, Barquisimeto, Venezuela
Recibido: 07 Oct. 2023 | Aceptado: 18 Dic. 2023 | Publicado: 10 Ene. 2024
Autor de correspondencia*: luisetraviezo@hotmail.com
mo citar este artículo: Castillo-Arrieta, Y., Castillo, D., Parra, R., D’ammassa, A., Figueroa, F., Romero, J. & Traviezo-Valles, L.
(2024). La cesta de Enrico Dormia y el balón de Thomas Fogarty, una dupla que salvó miles de vidas. Revista Salud Amazónica y
Bienestar, 3(1), e631. https://doi.org/10.51252/rsayb.v3i1.631
RESUMEN
Se desarrolla brevemente la historia de dos extraordinarios cirujanos e inventores, el italiano Enrico Dormia y el
norteamericano Thomas Fogarty, quienes respectivamente, con una cesta y con un balón, usados principalmente
en la extracción de cálculos, trascendieron en la historia médico quirúrgica mundial, con estas dos herramientas
ampliamente utilizadas en la cirugía mínimamente invasiva, una tecnología que ha salvado y seguirá salvando a
miles de pacientes.
Palabras clave: balón de Fogarty; cesta de Dormia; cirugía asistida por video; embolectomía con balón
ABSTRACT
The story of two extraordinary surgeons and inventors is briefly developed, the Italian Enrico Dormia and the
North American Thomas Fogarty, who respectively, with a basket and a balloon, used mainly in the extraction of
stones, transcended world medical-surgical history, with These two tools are widely used in minimally invasive
surgery, a technology that has saved and will continue to save thousands of patients.
Keywords: Fogarty balloon; Dormia basket; video assisted surgery; balloon embolectomy
Castillo-Arrieta, Y. et al.
2 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1): e631; (Ene-Jun, 2024). e-ISSN: 2810-8841
1. INTRODUCCIÓN
Un inventor es aquella persona que concibe un nuevo procedimiento, un nuevo dispositivo, un nuevo
artefacto o plantea mejoras para los ya existentes (1-3).
En el caso médico, inventar es construir nuevos dispositivos quirúrgicos, crear nuevos tratamientos o
procedimientos, de tal manera que estos variarán desde únicamente esbozar una simple idea, dejándole la
ejecución a otras personas, hasta plantearse esta idea y personalmente desarrollar todo el proceso que
conduzca al producto final, el cual deberá ser viable (1-3).
Generalmente en cirugía, las innovaciones surgen en respuesta a las preguntas: ¿por qué no hacer algo más
resistente, más rápido, más nuevo, menos peligroso, algo diferente y que sea mejor?
Generalmente los médicos, por presentar agendas tan apretadas, por la cantidad de horas dedicadas al
cuidado de sus pacientes, coexisten con situaciones que le impiden o aminoran, el deseo o capacidad para
innovar, para desarrollar esa “idea” la cual jamás será útil si no se lleva a la práctica, comprobando su
funcionalidad (1).
La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE, que es un procedimiento que acopla
perfectamente, un proceso radiográfico con una videoendoscopia esofagogastroduodenal y que se realiza
desde el año 1951, cuando hubo el primer reporte de una canulación peroral del conducto biliar y del
conducto pancreático, es una herramienta a la cual se le incorporaron dos innovaciones de alta calidad y
utilidad en la extracción de los cálculos biliares, estas son la cesta de Dormia y el balón de Fogarty, utilizadas
a diario en cientos de centros de salud especializados en el ámbito mundial y donde, lamentablemente, es
tan desconocido su origen que muchos piensan que Dormia y Fogarty son solo o apenas, las marcas
comerciales de estos instrumentos (1,2).
El objetivo del presente manuscrito fue dar a conocer, sucintamente, la vida y obra de los creadores de
estos dos grandes instrumentos que revolucionaron la cirugía mínimamente invasiva, ofreciéndoles en
estas páginas, un sencillo homenaje que siempre será bien merecido.
2. DR. ENRICO DORMIA
Mil novecientos veintiocho fue el año en que Alexander Fleming descubrió los efectos antibióticos de la
penicilina en su laboratorio del Reino Unido, pero también este año resaltó en la medicina, por ser el año
del origen de Enrico Dormia, quien nació en Bormio, en la provincia de Sondrio, en Lombardía, una pequeña
población de los Alpes italianos (3-5).
Dormia estudió Medicina en la Universidad de Milán, de donde egresó como Doctor en Medicina en 1952,
inmediatamente comienza sus estudios en Urología, también en Milán, donde por su dedicación fue becado
para cursar esta especialización (3-5).
Por su alta consagración y compromiso en el trabajo, fue ascendido a profesor, convirtiéndose en docente
activo de la Clínica Urológica de la Universidad de Milán, en Italia (4).
En la Clínica Urológica, bajo la dirección y tutela del Prof. Luigi Pisani, quien, para la fecha, fungía como
presidente de la Sociedad Internacional de Urología y uno de los apenas tres profesores titulares de
Urología en toda Italia.
Dormia en esta clínica trabajaría duro y estudiaría en profundidad los cálculos urinarios, ya que, para este
momento y hasta principios de los años ochenta, la única terapia conocida para eliminar los cálculos
ureterales o renales era la cirugía abierta (3,4).
El Dr. Dormia, comenzó a principios de los años cincuenta, a investigar cómo tratar o eliminar a estos
“cálculos” un concepto, casualmente, difundido por otro gran médico italiano, el Dr. Umberto Veronesi, tal
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3 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1): e631; (Ene-Jun, 2024). e-ISSN: 2810-8841
que, luego de treinta años, se comienza con la concepción del “máximo beneficio con la mínima invasión
eficaz”, resaltando el concepto de terapia mínimamente invasiva, específicamente en su área que era la
urología (3-5).
Con el tiempo, en 1969, es nombrado jefe del Departamento de Urología del Hospital Alessandro Manzoni
de Lecco, Italia, y posteriormente en 1991 se muda en Milán, al Hospital San Carlo Borromeo, donde es
nombrado jefe del Departamento de Urología (3-5).
Dormia fue miembro de la Sociedad Italiana de Urología, donde ejerció por más de cincuenta años y
también fue miembro honorario del Colegio de Urología de la Sociedad Argentina de Urología, por más de
treinta años.
Este ilustre cirujano es reconocido en toda Italia y en el mundo, por desarrollar sistemas para la extracción
de cálculos ureterales de la luz del uréter y por crear la posibilidad de disolver los cálculos en las cavidades
renales lavándolos con soluciones inventadas para tal fin, produciendo un importante aporte científico y
clínico en el campo de la quimiolisis, igualmente, por ser el primer cirujano nimamente invasivo en el
campo endourológico, tal que, también fue honrado como Miembro de Honor de la Sociedad Italiana de
Endourología (Figura 1).
Figura 1. Dr. Enrico Dormia, en la parte inferior derecha de la imagen, se aprecia su creación, la cesta de
Dormia. Fotografía de autor desconocido
En 1958, Dormia publica en italiano, su artículo original que trataba sobre dos nuevos instrumentos para
eliminar los cálculos del uréter, estos fueron la cesta (canasta helicoidal) y el tríceps metálico.
En el primero, desarrolló el concepto de unir un catéter ureteral y las cuerdas más delgadas de una guitarra,
para crear el prototipo de la mundialmente famosa Dormia Basket” que era un catéter de cinco canales
que contenía un alambre de metal que se sale de la punta, del catéter, pudiendo saltar tres o cuatro hilos
fijados entre sí en la punta y dispuestos en una forma helicoidal. Esta cesta permitía dilatar el uréter,
logrando capturar y extraer el cálculo (3,4).
El segundo instrumento descrito en este artículo, era un tríceps metálico accionado por un mango con tres
dedos. Ambos instrumentos debían ser insertados en el uréter mediante cistoscopia y bajo control
radiológico, de tal manera que, la canasta pasaba sobre la piedra y debía ajustarse con movimientos suaves
hasta que el lito quedara “dentro” de la canasta, mientras que el segundo instrumento debía tocar la piedra
y luego tenía que abrirse para permitir que el tríceps abrazara el cálculo.
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4 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1): e631; (Ene-Jun, 2024). e-ISSN: 2810-8841
La cesta Dormia fue presentada públicamente, por primera vez, en París durante un Congreso
Internacional, siendo patentada, adquirida y comercializada por Porges en el grupo Coloplast, propietario
de la marca “Dormia Basket” (3-5).
El prototipo de la cesta Dormia, se expone actualmente, en el Museo Josephinum de Historia de la Medicina
de Viena, Austria.
Posteriormente, en 1962, Dormia sigue con su producción científica y formula su técnica para disolver
cálculos mediante quimiolisis, producto de estudios junto al químico italiano Ottavio Zardini, patentando
la solución “Dormia-Zardini”, que podía disipar cálculos de calcio in vitro o in vivo, paralelamente Dormia
creó un sistema para irrigar el riñón con altos caudales de esta solución (3,4).
Actualmente, esta creativa técnica de extracción de litos (la cesta) que, en las manos de su inventor era un
procedimiento bien establecido, ha sido desatendida en urología, pero acogida, con enormes beneficios, en
otras ramas médicas, como en el uso de la CPRE en gastroenterología (3,4).
También el Dr. Dormia resaltó por ser un destacado cirujano en general, pero primordialmente en la
extracción de cálculos renales, siendo reconocido por el Colegio Americano de Urología en 1983, por sus
aportes en este campo (3-5).
El Dr. Dormia muere el viernes 20 de febrero 2009 y siempre será recordado porque en cada rincón de la
tierra, en la aplicación de cirugías mínimamente invasivas, siempre habrá un cirujano o especialista
solicitándole a su enfermera una “Dormia Basket.
3. DR. THOMAS J. FOGARTY
Thomas Fogarty nació en Cincinnati, Ohio, el domingo 25 de febrero de 1934, fue el menor de tres hermanos
de una familia católica irlandesa, su padre trabajaba como ingeniero ferroviario, pero fallece cuando
Thomas apenas tenía ocho años, teniendo que empezar a trabajar en diversidad de actividades para poder
ayudar en la manutención de la familia.
A los doce años inventa el embrague centrífugo, que todavía se utiliza en los motores a dos tiempos, no
obstante, a pesar de sus habilidades e ingenio, Fogarty tanto en primaria como en la secundaria, fue un mal
estudiante (figura 2).
En su juventud su interés estaba más bien concentrado en ser boxeador, deporte con en el que gano varios
premios, pero a los 17 años, desiste de esta idea luego que le rompieran la nariz en un combate que terminó
siendo un empate. El boxeo solo le legó sus deseos constantes de ganar y su actitud siempre positiva en la
vida, a pesar de ser de escasa estatura (6-9).
Una vez concluida la secundaria, decide ser médico, pero por sus bajas notas, tiene que recurrir a la
recomendación de un sacerdote católico de su comunidad, encomienda que le permitiría entrar en la
Universidad Xavier, una institución católica de la Compañía de Jesús (en Cincinnati, Estados Unidos) de
donde se licenciaría, pero en Biología, en el año de 1956 (6,7).
Continúa sus estudios, esta vez en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati, egresando en
1960 (figura 2), posteriormente entre 1960 y 1965, realiza su internado en la Universidad de Oregón en
Portland.
Durante sus estudios de Medicina, en la Universidad de Cincinnati, al observar los tristes resultados en el
tratamiento de las isquemias agudas, que conllevaban a un 50% de amputaciones en estos pacientes, decide
investigar y diseñar un sistema que pudiera salvar tantas vidas.
Fogarty siempre narraba que, al comentarle sus deseos a su primer mentor, el Dr. Cranley, este le decía:
Tom, tú eres muy inteligente, piensa en una manera de hacer esto mejor” (6-9).
Castillo-Arrieta, Y. et al.
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Figura 2. En la imagen izquierda Fogarty estudiante en la escuela, a la derecha estudiante universitario.
Fuente: fotocomposición de los autores
Tiempo después, se especializa como cirujano cardiovascular, donde con la práctica diaria, aumenta su
interés por inventar dispositivos médicos, por lo cual, recibiría, posteriormente, importantes
reconocimientos (7,8).
Fue un investigador prolífero en cuyo haber publicó más de 180 artículos científicos o capítulos en libros,
esto lo catapultaría a convertirse en el presidente de la Sociedad Americana de Cirugía Vascular (1995-
1996).
En 1980 fundó la Fogarty Engineering, Inc., y luego otras compañías de investigación de nuevas tecnologías
y dispositivos médicos, esto lo llevó a ser el propietario de más de 200 patentes médicas (6,7).
Durante catorce años fue profesor titular y cirujano cardiovascular en la Universidad de Stanford y en 1969,
cuando comenzó a enseñar en esta universidad (Figura 3) se introdujo paralelamente en el mundo del vino,
plantando viñedos en grandes extensiones de tierras, fundando en 1981 la bodega Thomas Fogarty Winery
and Vineyards, una de las 100 mejores del mundo.
Figura 3. Dr. Thomas Fogarty, en la parte superior izquierda en sus primeros años como cirujano, en la
superior derecha e inferior izquierda a los 70 años y en la inferior derecha una imagen reciente de Fogarty.
Fuente: fotocomposición de los autores
Castillo-Arrieta, Y. et al.
6 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1): e631; (Ene-Jun, 2024). e-ISSN: 2810-8841
El balón de Fogarty
Fogarty decía que si no puedes imaginarte algo, no puedes crearlo, es así que en 1959, antes de graduarse
de médico, de su imaginación, sugiere a su mentor, el Dr. Cranley, insertar un globo en la punta de un catéter
ureteral, de tal manera que, poco tiempo después, ya el catéter sonda/balón estaba disponible y ambos
empezaron a experimentarlo en cadáveres, pasando rápidamente al primer caso in vivo, que fue una
paciente que presentaba cardiopatía reumática y embolia en la arteria ilíaca común izquierda, el Dr. Cranley
le indicó la cirugía bajo anestesia local, asumiendo la responsabilidad total del procedimiento y haciéndose
ayudar por el Dr. Krause, para que practicara la embolectomía, tal que, luego de 30 minutos, finalizan y
concluyen que la extracción de coágulos fue mejor que en otras oportunidades y mejor que otros
procedimientos” (6-8).
Fogarty intentó publicar en tres importantes revistas de los Estados Unidos, pero lo rechazaron los editores
por considerar que el procedimiento con el balón era muy peligroso y que dañaría el endotelio, estimulando
una nueva trombosis, no obstante el Dr. Cranley, usó sus influencias para que la revista Surgery, Gynecology
& Obstetrics, le publicara un cortísimo artículo (de apenas dos páginas y dos ilustraciones) sobre el tema,
dos años después, logra publicar en extenso en Annals of Surgery, donde describiría, con lujo de detalles, la
embolectomía con la sonda/balón y lo respaldaba con resultados positivos en cincuenta pacientes tratados
(6,7).
Para la comercialización del Balón Fogarty, también presentó muchos problemas, entre 1959 y 1961,
ninguna empresa quería apoyarlo, nuevamente es su mentor el Dr. Cranley, quien propicia que le den la
beca en la Universidad de Cincinnati (1961-62) logrando Fogarty concentrarse en fabricar algunos
catéteres manualmente, para uso de unos pocos cirujanos (6-8).
En 1963, Fogarty patentó la sonda balón que lleva su nombre, pero para registrarlo carecía de dinero, tal
que, el Dr. Cranley, en su auxilio, le presentó a un abogado en Cincinnati, quien le haría gratis el registro,
diciéndole que no se preocupara, que podía pagarle cuando pudiera tener algunos fondos.
En 1965, termina su residencia en la Universidad de Oregón y en 1969 diseña el catéter de embolectomía
con balón Fogarty, tal como se conoce hoy en día, el cual era un dispositivo que permitía insertar un globo
delgado en la arteria de un paciente y guiarlo a través de una oclusión, seguidamente se infla y se retira
junto con el bloqueo (6,7).
Al principio nadie le quería fabricar su invención ya registrada, es por esto que su segundo tutor, el Dr.
Starr, le pide a un amigo ingeniero (Lowell Edwards) que fabrique este invento, logrando en 1969 la patente
y Edwards Life Sciences (California) se queda con esta patente para su fabricación, pero no es sino hasta
finales de 1970, cuanto realmente se generalizaría el uso de este dispositivo (6-7).
El uso del Balón de Fogarty®, revolucionó la cirugía vascular, hasta el punto que en la actualidad sigue
siendo la técnica más empleada para la eliminación de coágulos sanguíneos, ya que ayudo a reducir la
morbilidad y mortalidad por embolias arteriales en las extremidades, tal que, con su catéter, se calcula una
resolución de unos 300.000 casos anuales, salvando en estas décadas, la vida de unas veinte millones de
personas en el mundo, convirtiéndose Fogarty en un pionero de la cirugía mínimamente invasiva,
propulsando innovaciones para otras cirugías mínimamente invasivas, entre ellas la angioplastia y la
colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE (6,7).
Otros patentes trascendentes de Fogarty fueron un dispositivo mínimamente invasivo para el diagnóstico
y la terapia del cáncer de mama y una endoprótesis vascular autoexpandible utilizada para tratar
aneurismas aórticos en una forma mínima invasiva y para reducir el trauma (6-8).
Entre los principales galardones cosechados por el Dr. Fogarty están la presentación científica distinguida
de la American College of Surgeons, 1971, 1973, 1975 y 1981; inventor del año en el San Francisco Patent
Castillo-Arrieta, Y. et al.
7 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 3(1): e631; (Ene-Jun, 2024). e-ISSN: 2810-8841
and Trademark Association (1980); Doctor Honoris Causa en la Xavier University (1987); el Premio
Jacobson a la Innovación del Colegio Americano de Cirujanos; el Premio Lemelson-MIT a la Invención e
Innovación (2000); miembro del Salón Nacional de la Fama de los Inventores (2001); premio AAMI
Foundation Laufman-Greatbatch (2000); Medical Desing Excellence Award Lifetime Achiever Award
(2012) y el National Medal of Techology and Innovation (2012).
Entre las frases de Fogarty que definen su pensamiento, están:
1. Cuando estás desarrollando una tecnología, no puedes dejar que otra persona lo haga o contratar
a alguien para que lo haga por ti, tienes que hacerlo tú mismo…
2. Parte del éxito es tratar de identificar buenas personas con quienes trabajar y luego darles libertad
de acción…
3. Contratar personas que puedan ser sencillas y estén alineadas con lo que se está tratando de
lograr……
4. Amo la tecnología médica porque tienes la oportunidad de mejorar las cosas…… (9).
El Dr. Fogarty, siempre lleno de energía, en una entrevista días antes de cumplir los 85 años, refería que
celebraría su cumpleaños principalmente con su viaje anual de pesca a Alaska, que iría con uno de sus hijos
y amigos de la industria, esta pasión por la pesca la aprendió de niño de su padre y hermanos, y gracias a
ella, utilizó sus conocimientos de amarre de nudos para los anzuelos, para utilizar un buen nudo que
sujetara su balón en los primeros prototipos que fabricó, ya que en esos tiempos, no existía un pegamento
o técnica que permitiera unir firmemente la goma del balón al catéter ureteral (9).
CONCLUSIONES
El principal motivo que impulsó a estos dos extraordinarios cirujanos, fue procurar una solución a
problemas que acababan con tantas vidas en el ejercicio diario de su profesión, pero su ingenio y
perseverancia, le permitieron saltar las críticas, burlas, egoísmos, burocracia y desconfianza que emanaban
de sus detractores, teniendo el privilegio de hacerse ayudar por sus mentores, docentes que tuvieron fe en
sus proyectos, en ideas que, demostraron ser herramientas extraordinariamente útiles y que trazaron el
camino excelso de sus nombres hasta la inmortalidad.
FINANCIAMIENTO
Los autores no recibieron patrocinio para llevar a cabo este estudio-artículo.
CONFLICTO DE INTERESES
No existe ningún tipo de conflicto de interés relacionado con la materia del trabajo.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES
Conceptualización, investigación, redacción, borrador original, redacción, revisión y edición: Castillo, Y.,
Castillo, D. Parra, R. D’ammassa, A. Figueroa, F. Romero, J. y Traviezo, L.
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Castillo-Arrieta, Y. et al.
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