Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 1(2), e369, doi: 10.51252/rsayb.v1i2.369
Nota científica
Scientific note
Jul-Dic, 2022
https://revistas.unsm.edu.pe/index.php/rsayb
e-ISSN: 2810-8841
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Historia de las ambulancias y de un chofer que sería el
primer ministro de Sanidad de Venezuela
History of ambulances and a driver who would be Venezuela's First Ministrer of
Health
Traviezo-Valles, Luis1*
Traviezo-Triolo, Antonella2
Traviezo-Triolo, Eduardo3
1Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Barquisimeto, Venezuela
2Universidad Mayor, Santiago, Chile
3Universidad San Sebastián, Santiago, Chile
Recibido: 21 Mar. 2022 | Aceptado: 10 May. 2022 | Publicado: 20 Jul. 2022
Autor de correspondencia*: luisetraviezo@hotmail.com
mo citar este artículo: Traviezo-Valles, L., Traviezo-Triolo, A. & Traviezo-Triolo, E. (2022). Historia de las ambulancias y de
un chofer que sería el primer ministro de Sanidad de Venezuela. Revista Salud Amazónica y Bienestar 1(2), e369.
https://doi.org/10.51252/rsayb.v1i2.369
RESUMEN
Se presenta un recorrido histórico desde el traslado de heridos en rudimentarias camillas, pasando a vehículos
tirados por caballos, las primeras ambulancias motorizadas, hasta llegar a las modernas aeroambulancias con su
amplia capacidad tecnológica. Igualmente se narra, brevemente, el recorrido del doctor Enrique Tejera, desde su
trabajo de conductor de ambulancias durante la Segunda Guerra Mundial, hasta ser el creador del Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social en Venezuela, convirtiéndose en su primer ministro.
Palabras clave: ambulancia; ministro; enfermos; traslado; vehículos
ABSTRACT
A historical journey is presented from the transfer of the wounded in rudimentary stretchers, passing to horse-
drawn vehicles, the first motorized ambulances, up to modern air ambulances with their extensive technological
capacity. Likewise, the journey of Dr. Enrique Tejera is briefly narrated, from his work as an ambulance driver
during World War II, to being the creator of the Ministry of Health and Social Assistance in Venezuela, becoming
its first minister in such a charge.
Keywords: ambulance; minister; patients; transfer; vehicles
Traviezo-Valles, L. et al.
2 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 1(2): e369; (jul-dic, 2022). e-ISSN: 2810-8841
1. INTRODUCCIÓN
La palabra ambulancia desciende del francés, “ambulant” (1800-1810), que deriva de la palabra latina
“ambulans” o “ambulare”, que significa “caminar hacia el hospital” (1).
Antes del invento de la rueda, el traslado de heridos o enfermos se hacía en camillas rudimentarias hechas
de madera y pieles, las cuales eran arrastradas por las personas o con la ayuda de animales. Luego se
empezó a transportar los primeros heridos atados a los caballos, mulas o camellos, pero solo hasta el
invento de la rueda es que prácticamente se podría hablar de vehículos para este fin. De aquí se tiene que,
el primer registro de carretones para traslado de enfermos o heridos, fueron los fabricados
aproximadamente en el año 900 antes de Cristo (1;2).
2. DESARROLLO
En el siglo X, los anglosajones utilizaban hamacas en carretas tiradas por caballos para el traslado de
heridos, pero realmente bajo el verdadero concepto moderno de un vehículo dotado y equipado
específicamente para el traslado de heridos desde el lugar del incidente/herida, hasta hospitales de
campaña, se le atribuye, a los Reyes Católicos en España (Fernando e Isabel I de Castilla), en los últimos
años del siglo XV (1487), pero lamentablemente, solo eran recogidos los heridos al terminar la batalla. Pero
es realmente a Jean Larrey a quien se le atribuye idear la tecnología para este invento (1;3).
Dominique Jean Larrey (1766-1842) fue un médico cirujano francés, que durante la revolución francesa
quiso diseñar un sistema que redujera la demora del traslado de los pacientes, entre el lugar de la batalla y
el hospital de campaña. Es así como en la frontera de Francia con Alemania (guerra franco-prusiana) diseña
un sistema de carros tirados por caballos, que en menos de 24 horas hacían la transferencia rápida de los
heridos, disminuyendo enormemente la mortalidad de los soldados lesionados (Figura 1).
Figura 1. Evolución de las ambulancias con el tiempo. Fuente: composición de los autores.
Traviezo-Valles, L. et al.
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A estos sistemas de transporte urgente los denominó “ambulancias volantes” en concordancia a las
“artillerías volantes” que también debían moverse rápidamente en la vanguardia durante las batallas (1;
4).
Estas primeras “ambulancias” eran carretas de dos o cuatro ruedas, con cajas de madera, paneles laterales
forrados, dos tragaluces a ambos lados y puertas batientes delanteras y traseras, en el piso de su interior
tenían cuatro rodillos móviles, que facilitaban rodar un colchón que venía forrado en cuero (1; 4).
Estas ambulancias eran tiradas por entre dos y seis caballos, y disponían de cuatro tripulantes (un
conductor, un escolta armado y dos camilleros). El grupo entraba al campo de batalla a máxima velocidad,
subían a los heridos y prontamente se trasladaban (retrocedían) a la retaguardia, donde eran atendidos y
recuperados en hospitales alejados del campo de batalla. Por el enorme éxito de este modelo, la idea sería
adoptada e institucionalizada, con el tiempo, por todos los ejércitos europeos (1; 2).
Esta innovación tecnológica fue usada por primera vez en julio de 1793, en Maguncia (suroeste de
Alemania) convirtiéndose de inmediato en un éxito por el pronto traslado de los heridos, disminuyendo la
gran mortalidad que ocurría dentro de las primeras 24 horas posteriores a las heridas en batalla. Tales
fueron los laureles obtenidos, que el joven general Napoleón Bonaparte, le pid a Larrey que lo
acompañara en su campaña a Italia. Antes de este colosal invento, los heridos eran recogidos,
principalmente, al final de la batalla, muriendo en su mayoría por la demora en el control de las
hemorragias (1; 3).
La incorporación de Larrey a las tropas directas de Napoleón Bonaparte, le permitió también desarrollar
en 1797, una unidad de ambulancias y paralelamente una escuela de cirugía en Milán (Italia). Igualmente
pondría en práctica el Sistema de Triaje, creado por Pierre-François Percy, método que le daba prioridad
al herido según su gravedad y no por el rango o posición social que tuviera (1; 2).
Las primeras ambulancias de uso civil fueron utilizadas en Londres en 1832, para el traslado de los
enfermos de cólera. Tiempo después en los Estados Unidos, las primeras ambulancias del nuevo mundo
empezaron a funcionar en Cincinnati (1865) y cuatro años más tarde en Nueva York (1869) las cuales eran
vehículos de madera (carruajes) tirados por caballos, que llevaban pacientes al hospital más cercano
(Figura 1). Estos vehículos disponían de campanillas que alertaban a los transeúntes de su rápida presencia
e indicaba que se les debía ceder el paso tanto en carreteras, calles, como en intercepciones (1; 4).
Las primeras ambulancias con uso de motores a gasolina fueron las ambulancias Palliser, exhibidas en
1905, las mismas solo tenían tres ruedas, una en la parte delantera y dos en la trasera, y una chapa a prueba
de balas con una abertura exterior para que los usuarios pudieran salir, las mismas no fueron muy prácticas
(1; 2).
Para la Primera Guerra Mundial, la necesidad de innovar en el campo de batalla es lo que hace cambiar de
ambulancias tiradas por caballos o mulas, a coches de motor. Tal que la primera ambulancia motorizada,
de la cual se tiene registro, procede de 1899, un modelo tan pesado que solo le permitía, apenas,
desplazarse a unos 20 km por hora.
Posteriormente el ejército norteamericano utilizó el vehículo Ford T de 1916, los cuales eran construidos
mayormente de madera (más liviano) y fue ampliamente manejado por los estadounidenses, franceses y
británicos, el mismo podía trasladar heridos en camillas, siendo impulsado por un motor de cuatro
cilindros, refrigerado con agua, pudiendo desarrollar velocidades de hasta 75 km por hora, incluso por
terrenos agrestes (Figura 2) (1; 2).
Traviezo-Valles, L. et al.
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Figura 2. Ambulancia utilizada por los ingleses, franceses y norteamericanos en la Primera Guerra Mundial. En una
ambulancia parecida a esta, trabajó el Dr. Enrique Tejera, salvando heridos.
Entre 1950 y 1960 se introduce la técnica de la resucitación cardiopulmonar con masaje cardíaco y
respiración boca a boca, promoviéndose en la comunidad de sanitaristas, la formación de sus miembros,
en estas nuevas técnicas en emergencias, especialmente en el equipo responsable de las ambulancias
(Figura 3) (1; 4).
Figura 3. Primeras ambulancias del estado Lara, Venezuela. Foto tomada en la entrada del Hospital La Caridad
(actualmente Museo de Barquisimeto), año 1950. Foto de autor desconocido.
Pero es a partir de 1966, luego de las experiencias en la Guerra de Vietnam, en que empiezan realmente a
utilizarse ambulancias medicalizadas (no simplemente para transporte) dotadas con personal sanitario
entrenado y con material y equipos de urgencias de punta, para disminuir la mortalidad desde la llegada al
lugar del accidente o del suceso (2; 4).
De aquí que, en 1966, el Dr. Pantridge, en el hospital de Belfast, en Irlanda, creara la unidad móvil de
cuidados intensivos, que atendía pacientes con cardiopatía isquémica a domicilio, utilizando unidades
móviles terrestres con equipo electromecánico portátil; cada vehículo contaba con un dico cardiólogo,
una enfermera y un operador de la ambulancia (1; 4).
Traviezo-Valles, L. et al.
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2.1 Las primeras ambulancias aéreas
Los primeros traslados de heridos por vía aérea los “imaginó” el novelista francés Julio Verne, a través de
globos aerostáticos (Robur El Conquistador, 1886), basándose en lo ocurrido en el sitio de París por los
prusianos en 1870. Pero es el Servicio Aéreo Francés, el primero en trasladar realmente un herido del
campo de batalla al hospital, en avioneta. Posteriormente aconteció en Australia en 1928, donde habían
diseñado una aeroambulancia, que podía trasladar un solo herido, la misma contaba con un piloto, un
médico y una enfermera (2; 3).
En 1945 se señala al primer helicóptero (Bell 30) en servir como ambulancia, el mismo trasladó a dos
pescadores de las aguas heladas del lago Erie (entre Ontario, Canadá y Nueva York, Estados Unidos) al
hospital (1; 2).
El cuatro de agosto de 1950, durante la Guerra de Corea, se ejecuta la primera evacuación aeromédica de
la historia con helicópteros (Bell 47), trasladando más de 20.000 pacientes, logrando disminuir las muertes
a solo 2,5% de los heridos trasladados, cifra menor comparada con las de la Segunda Guerra Mundial que
eran del 4,5% (1; 2).
Durante la Guerra de Vietnam se mejoró este sistema de evacuación en helicópteros, llevando en minutos
a los heridos a hospitales bien equipados, llamados popularmente MASH (1; 4).
Los símbolos pasivos que actualmente distinguen a la mayoría de las ambulancias en todo el mundo son la
Cruz Roja, Media Luna Roja y el Cristal Rojo (en Israel, la Estrella de David Roja), los cuales fueron
acordados en la Convención de Ginebra, para todos los países firmantes, donde estos vehículos debían ser
respetados y no ser atacados durante los conflictos armados, prohibiendo su uso con fines distintos al
traslado y la atención de los heridos (2; 4).
2.2 Un chofer de ambulancias que se convertiría en el primer ministro de Sanidad de Venezuela
Enrique Tejera Guevara (Valencia, Venezuela, 5/09/1889- Caracas, 28/11/1980) fue un estudiante
aventajado de medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el cual en 1912 se ve obligado a
migrar a Francia ya que el dictador de turno, Juan Vicente Gómez, había ordenado cerrar la universidad,
expulsándolo en el ínterin, junto con otros líderes estudiantiles que luchaban por la democracia.
En el transcurso de sus estudios de medicina en Francia, estalla la Primera Guerra Mundial (28/07/1914-
11/11/1918), por lo que, resuelve ingresar como practicante voluntario en el Cuerpo Médico del Ejército
de Francia (1915-1916) desempeñándose como chofer de una ambulancia (Figura 2) y como practicante
médico en la misma (5; 7).
En 1917 Enrique Tejera logra graduarse de Médico Colonial e inmediatamente prosigue sus estudios,
tomando los cursos de Microbiología Médica y Microbiología Agrícola en el Instituto Pasteur de París,
recibiendo clases de los discípulos del Dr. Luis Pasteur. Al terminar estos cursos, gracias a los trámites de
un compañero, recibe un indulto y logra regresar del exilio a Venezuela (5; 7).
Una vez en Caracas, en 1919, presenta el examen de suficiencia en la UCV, obteniendo excelentes notas, lo
cual le permitió por convalidación, obtener el doctorado en Ciencias Médicas.
En el comienzo de su ejercicio, en Mene Grande, estado Zulia, descubre por primera vez en Venezuela, la
existencia de la enfermedad de Chagas, detectando pacientes y animales infectados con Trypanosoma cruzi
(8). Adicionalmente describe al Rhodnius prolixus (Stal, 1872), como su vector en Venezuela, resultando ser
los primeros hallazgos de esta enfermedad fuera de Brasil, lo que alagó al Dr. Carlos Chagas, quien le envió
un cablegrama de agradecimiento por sus esfuerzos en investigar esta nueva enfermedad fuera de Brasil
(5; 7).
Traviezo-Valles, L. et al.
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También describe un nuevo protozoario muy parecido al Trypanosoma cruzi, al cual llamó Trypanosoma
rangeli (10).
Durante toda su vida se dedicó con mucha pación a los estudios microbiológicos, logrando aislar unas 32
000 cepas entre bacterias y hongos, esencialmente los actinomicetes (productores de sustancias
antibióticas), consiguiendo aislar el Streptomyces venezuelae (10) del cual se sintetizaría ese mismo año el
cloranfenicol.
Entre sus amigos se encontraban personalidades renombradas como Alexander Fleming (1881-1955)
descubridor de la penicilina (Figura 4), el presidente López Contreras (período 1935-1941), el presidente
Medina Angarita (período 1941-1945), el presidente Rómulo Betancourt (período 1945-1948), el
presidente y escritor Rómulo Gallegos, el presidente Rafael Caldera (1969-1974), el naturalista y botánico
suizo Henri Pittier, el escritor Arturo Uslar Pietri, el parasitólogo Arnoldo Gabaldón y el pediatra Pastor
Oropeza, entre otros (5; 7).
Figura 4. El Dr. Enrique Tejera (de pie y traje oscuro) junto a su amigo, el Dr. Alexander Fleming (descubridor de la
penicilina). Fotografía de autor desconocido.
Luego de la muerte del general Gómez, el doctor Enrique Tejera es nombrado ministro de “Salubridad,
Agricultura y Cría” (1936), institución que él mismo transformaría, inmediatamente, en apenas quince días
(25/02/1936) en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), separando definitivamente el cultivo
de verduras y la cría del ganado, del paludismo y la tuberculosis (5; 7).
Es así como un muchacho trabajador, enérgico y estudioso, chofer (conductor) de una ambulancia, lograría
convertirse en el primer ministro de Sanidad de Venezuela, sacando a la salud del marasmo de la dictadura,
para enrumbarla, definitivamente, a la modernidad sanitaria.
FINANCIAMIENTO
Ninguno.
CONFLICTO DE INTERESES
No existe ningún tipo de conflicto de interés relacionado con la materia del trabajo.
Traviezo-Valles, L. et al.
7 Rev. Salud. Amaz. Bienestar. 1(2): e369; (jul-dic, 2022). e-ISSN: 2810-8841
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES
Conceptualización, investigación, redacción - borrador original, redacción - revisión y edición: Traviezo-
Valles, L.; Traviezo-Triolo, A.; Traviezo-Triolo, E.
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