Romero-Mera, A. & López-Flores, A. M.
6 Rev. Vet. Zootec. Amaz. 3(2): e505; (jul-dic, 2023). e-ISSN: 2810-8175
Con respecto a los glóbulos blancos, el recuento de leucocitos en esta investigación fue de 9,45 x 103/µL (±
D. E. 3,09) similares a los reportados para Chelonoidis carbonaria con 8,697 ± 2,283 x 103/µL (Carvalho da
Silva Bergamini, 2016), Chelonoidis denticulata con 5,9 x 103/µL a 8,5 x 103/µL (Montero Recalde & Lozada
Lozada, 2015) Geochelone denticulata con un valor promedio de 7.82 ± 3.66 x 103/µL (Cabrera P. et al.,
2011). No obstante, los valores definidos para Chelonoidis chilensis que muestra un promedio de 5.330 ±
4.437 x 103/µL (Pedrozo Prieto et al., 2016) y Chelonoidis denticulata que muestran un valor promedio de
1,71 a 2,4 x 103/µL (Valdez Oquendo, 2015), mismos que son inferiores a los reportados en esta tesis. La
divergencia podría explicarse debido a que el recuento de glóbulos blancos totales es afectado por la zona
anatómica donde fue obtenida la muestra biológica, edad del individuo, actividad física, condiciones de
manejo y niveles de estrés (Rebar, 2014).
En cuanto a los heterófilos (equivalente a Neutrófilos en mamíferos), el promedio comprendió el 41,88%
(± D.E. 13,53%) del conteo total de leucocitos, resultados similares fueron reportados en Chelonoidis
carbonaria con 41 ± 14,44% (Carvalho da Silva Bergamini, 2016), Chelonoidis denticulata con un promedio
de 35,7% a 56,3% (Montero Recalde & Lozada Lozada, 2015), Chelonoidis denticulata con un promedio de
heterófilos de 35,15% (Valdez Oquendo, 2015). Porcentajes elevados se observaron en Chelonoidis chilensis
con una media de 66 ± 22,47% (Pedrozo Prieto et al., 2016), Geochelone denticulata reportando un
promedio de 55,6% (Cabrera P. et al., 2011), indican un mayor porcentaje de Heterófilos con respecto a los
mencionados en esta investigación. La heterofília en reptiles por lo general está vinculada a un proceso
infecto inflamatorio, enfermedades bacterianas y parasitarias (Faggioni, 2006). Algunos autores
mencionan que la heterofilia en animales sanos está vinculada a altos niveles de estrés y alteraciones
climáticas estacionales (Rosskopf, 2000).
En cuanto a linfocitos, el mayor porcentaje de células leucocitarias reportadas en la presente investigación,
cuyo valor promedio fue de 51,69 ± 15,77%. Resultados similares han sido reportados en Chelonoidis
carbonaria con 34 ± 14,12% (Carvalho da Silva Bergamini, 2016), Chelonoidis denticulata con 20,0% a
48,7% (Montero Recalde & Lozada Lozada, 2015). Sin embargo, se reportaron porcentajes menores en
Chelonodis chilensis con 26% ± 21,01% (Pedrozo Prieto et al., 2016), Geochelone denticulata con 25,5%
(Cabrera P. et al., 2011), Chelonoidis denticulata con un promedio de 16,88% (Valdez Oquendo, 2015), se
observa una diferencia respecto a los valores mencionados por estos últimos autores. Varias especies de
reptiles saludables poseen un conteo más elevado de linfocitos que de heterófilos (Troiano & Silva, 1998),
el incremento puede estar asociado a las condiciones climatológicas; fisiológicamente se observan en
función al sexo, edad y de la especie. Un incremento patológico en el recuento de linfocitos circulantes está
ligado a procesos inflamatorios, parasitarios, virales y neoplasias como la leucemia, así como a procesos de
cicatrización (Montero Recalde & Lozada Lozada, 2015)
La eosinofilia está relacionada a procesos parasitarios (Work et al., 1998). Los valores reportados en la
presente investigación para la serie Eosinofílica son de 4,69 ± 4,67% los cuales son similares a los
porcentajes reportados en Chelonoidis chilensis con un promedio de 5 % ± 6,92 % (Pedrozo Prieto et al.,
2016); aunque por debajo a los reportados en Chelonoidis denticulata con de 0,0% a 26,1% (Montero
Recalde & Lozada Lozada, 2015), Chelonoidis denticulata con un promedio de 12,31% (Mateo et al., 1984),
Geochelone denticulata con 15,8% (Cabrera P. et al., 2011) y Chelonoidis carbonaria con 9 ± 7,56%
(Carvalho da Silva Bergamini, 2016).
Basófilos, el promedio para este grupo celular en la presente investigación es de 0,94 ± 1,12, similares a los
reportados en especies como Chelonoidis denticulata con 0,0% a 0,8% (Montero Recalde & Lozada Lozada,
2015), Chelonodis chilensis con 1% ± 2,87% (Pedrozo Prieto et al., 2016) y Geochelone denticulata con 1,5%
(Cabrera P. et al., 2011). El número de estas células, normalmente bajo (Hidalgo-Vila et al., 2007). Sin
embargo, valores más elevados fueron reportados en Chelonoidis carbonaria con 10 ± 5,93% (Carvalho da
Silva Bergamini, 2016) y Chelonoidis denticulata con 5,56% (Valdez Oquendo, 2015). Su aumento en la