Traviezo-Valles, L. E.
2 Rev. Amaz. Cienc. Ambient. Ecol. 2(2): e501; (Jul-Dic, 2023). e-ISSN: 2810-8817
1. INTRODUCCIÓN
Cacicus cela (Linnaeus, 1758) conocido popularmente como Arrendajo Común, es un ave con un tamaño
que oscila entre los 23 y 29 cm, los machos más grandes pueden llegar a pesar hasta 106 g, mientras que
las hembras apenas llegan a los 68 g. Resalta en su morfología el pico blanco/verde claro, los ojos blanco
azulados (iris), el plumaje negro que los recubre casi totalmente, el cual sólo varía con amarillo (hasta
anaranjado) en las cobertoras alares, rabadilla, baja espalda, base de la cola e infracaudales (Barlovento
Magico, 2022; Silva Rojas & Traviezo Valles, 2022).
El Arrendajo es un ave ampliamente distribuida en Panamá, Colombia, Venezuela, Perú, Brasil y Guyana,
principalmente en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, así como en el escudo de las Guayanas, en
Venezuela ha sido descrita en casi todos los estados (principalmente por debajo de los 600 msnm) y
particularmente en el estado Delta Amacuro sólo se había reportado en la zona Occidental y Central de este
Departamento. Con respecto a su estado de conservación, el mismo es catalogado como de preocupación
menor (UVO, 2021; Silva Rojas & Traviezo Valles, 2022).
Su presencia siempre destaca por la armonía de sus silbidos y particularmente, por su mágica cualidad de
imitar los cantos y sonidos que escucha, conducta que le dio origen a su nombre, ya que arrendar significa
«remedar la voz o las acciones de alguien». Don Lisandro Alvarado señalaba que estas aves eran «mui
diestras en arrendar o contrahacer todo grito, voz o sonido que oían». Entre sus principales alimentos están
los insectos, los cuales captura en los árboles y raramente en el suelo, también gusta de las semillas y las
frutas (Barlovento Magico, 2022).
Son polígamos y en la reproducción el mayor trabajo recae sólo en las hembras, que son las que construyen
los magníficos nidos (preferiblemente cerca de los ríos) utilizando mayormente paja seca y fibra vegetal,
materiales que entrelazan para completar una estructura en forma de bolsa que puede llegar a medir hasta
los 40 cm de longitud, nidos fabricados en la parte más alta de los árboles, procurando que coincidan con
peligrosos avisperos, para su mayor protección. Sus moradas son agrupadas en colonias que pueden ir
desde seis hasta los cien nidos, todos muy juntos y a veces, entretejidos los unos con los otros (Robinson,
1988).
Una vez concluida la laboriosa construcción del nido, la hembra no tiene descanso y prontamente se
dedicará a poner los dos huevos blancos/azulados, ligeramente manchados de marrón, los cuales serán
incubados sólo por la hembra, hasta por 15 días. Posterior a la eclosión, los pichones son
empollados/alimentados hasta por 25 días (sólo por la hembra) de tal manera que, los machos
exclusivamente se encargan de copular y de la protección de la colonia de posibles predadores terrestres y
rapaces (Barlovento Magico, 2022; Silva Rojas & Traviezo Valles, 2022).
Con respecto a su comportamiento, son aves muy dominantes (principalmente los machos), de allí el
nombre de su género en latín (Cacicus) que traduce «Cacique», nombre que se le asignaba a los líderes de
mayor jerarquía de comunidades indígenas. Esta dominancia o agresividad, la demuestran los machos
principalmente al competir por el alimento y en la defensa de sus nidos, la misma comienzan
tempranamente con un entrenamiento desde su adolescencia (menos de tres años) donde se han reportado
que los juveniles, en grupo, atacan a las hembras que están empollando, molestando a sus pichones y a los
volantones, bajo la mirada indiferente de los machos adultos vigilantes de la colonia, con los cuales no se
meten. Posiblemente esto sea un entrenamiento que les permitirá ser mejores defensores de las colonias
cuando lleguen a la adultez (Robinson, 1988; Orbe Vásquez & Quispe Zumaeta, 2015).
Por su parte las hembras adolescentes (menores de dos años) se aparean, construyen nidos, oviponen,
incuban e incluso empiezan a alimentar a los pichones, pero en cualquiera de estas fases, repentinamente,
abandonan el nido, no llegando nunca a completarse el desarrollo de los pichones, es sólo una especie de