Maldonado-Vásquez, S. D. et al.
2 Rev. Amaz. Cienc. Ambient. Ecol. 2(1): e450; (Ene-Jun, 2023). e-ISSN: 2810-8817
1. INTRODUCCIÓN
En San Martín, Perú, la producción de café es el uso más representativo del territorio, donde están pequeñas
y medianas parcelas de café, generalmente bajo el sistema agroforestal, orgánico y convencional, con
sombras de diferentes especies forestales; y, a veces frutícolas. Existe abundante información inexplotada,
referente a la producción del café, en los temas socioeconómicos y ecológicos que requiere ser investigada,
a fin de fomentar su desarrollo sostenible.
Este problema es relevante, pues el deficiente gobierno de los recursos naturales, está generando el
requerimiento de fortalecer los elementos de sostenibilidad, convirtiéndose en un parámetro de valoración
que, sea apto de concebir encargos de pericias, que conduzcan a permutas reales en la sustentabilidad
social y económica y también ecológica de los sistemas de agricultores orgánicos y convencionales, para
tomar decisiones reales en proyectos de desarrollo. La pequeña cuenca del río Cumbaza ostenta un área
alrededor de las 57 120 hectáreas. Esta superficie está circundada de espacios urbanos constituidos por
Tarapoto, Morales y La Banda de Shilcayo (cerca de 240 mil seres humanos), en consecuencia, ostenta
fuerte movimiento social, muy abundante y a la vez delicado (CGMC, 2015).
Hay carencia de ejecución de la gobernabilidad del agua en la cuenca Cumbaza y que, la comisión de los
caudales acuáticos posee un nivel de consumación bajo (30 %), yaciendo el elemento financiero de más
preocupación, por la ausencia de carácter política de las soberanías para asegurar los recursos de
inversiones y expensas periódicas (Gárate Ríos, 2021). Por ejemplo, las chacras de café orgánico en el Alto
Mayo (San Martín), son más sostenibles que las de obtención convencional, aunque existen puntos críticos
en los que hay requerimiento de atarearse para incrementar la sustentabilidad y convertirla en perdurable
en lapsos de tiempo mayores (Rojas Ruiz et al., 2021).
En los últimos 20 años, las fincas cafetaleras y los paisajes de toda la región han sufrido cambios biofísicos
rápidos y profundos en respuesta a los bajos precios del café, las condiciones climáticas cambiantes, los
brotes graves de patógenos de plantas y otros factores (Harvey et al., 2021). Los agricultores certificados
obtienen significativas utilidades, que conducen al incremento general en los ingresos de los hogares a
través de estándares de 16 a 22 % (Meemken, 2020). Existe evidencia de una variedad de beneficios
sociales, económicos y ambientales de la certificación. Estas certificaciones tienen el potencial de crear
valor para los pequeños productores, ya que cierto café certificado conlleva una prima de mercado
(Wahyudi et al., 2020).
Los problemas relacionados con los pequeños agricultores en el sector del café, son el acceso limitado al
mercado, el capital insuficiente y las organizaciones de agricultores subdesarrolladas (Ibnu et al., 2020). La
mayoría de los agricultores no pueden alcanzar el punto de equilibrio, independientemente de su estado
de certificación (Dietz et al., 2020). Existe necesidad urgente de una transición global hacia sistemas
agrícolas sostenibles y amigables con la vida silvestre que brinden equidad social, económica y resguarden
los valores ecosistémicos de los que se aguarda la actividad agraria (Campera et al., 2021), aunque, las
fincas a las que se les ha otorgado una certificación interna demuestran una mejor conducta ambiental pero
no una mejor conducta social que las fincas no certificadas (Giuliani et al., 2017).
Los problemas que afrontan los caficultores están referidos a los factores bióticos. Se identificaron como
importantes, las enfermedades, las plagas de insectos, las especies de malezas y los animales vertebrados.
La sequía recurrente, las heladas, el patrón de lluvia fluctuante, la alta humedad, la alta temperatura, la baja
humedad, el granizo, las tormentas, el viento y la fertilidad reducida del suelo, se encuentran entre los
factores abióticos que afectan la producción de café y que podrían causar una pérdida de rendimiento de
hasta el 70% (Tadesse et al., 2020), pues, la valorización y revalorización del SCG (pozos de café gastados)
tiene un gran impacto en la sostenibilidad socioeconómica y ambiental. de la industria, hasta la realización
de la bioeconomía circular (Gebreeyessus, 2022).