Cachay-Pilco, A. et al.
9 Rev. Amaz. Cienc. Econ. 2(2): e475; (Jul-Dic, 2023). e-ISSN: 2810-8825
de las asociaciones. Conclusión expresada, ante la alta tasa de informalidad que se tiene hacia la dimensión
del desempeño de las prácticas ambientales.
Igualmente, Tapia et al. (2018) a través de una muestra de 50 empresas miembros del Consorcio
Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (CERES), llegaron a comprobar que, al medir el nivel de
responsabilidad que tienen las empresas con los clientes, trabajadores, sociedad y medio ambiente, el
(97%) contribuye a la implementación de actividades destinadas a mejorar la calidad de productos y
servicios, el (76%) a las acciones con la comunidad para obtener una buena imagen, el (86%) a la mejoras
del ambiente laboral y solo un (22%) relacionado con el cuidado y protección al medio ambiente. Ante estos
resultados, los autores manifiestan poner mayor atención en las estrategias implementadas a mejorar las
actividades ambientales dentro de sus operaciones.
En cambio, Padilla et al. (2017) en el estudio efectuado en la industria del plástico en Ecuador, se investigó
como los pilares de responsabilidad económica, social y medio ambiental tienen relación con las
actividades de RSE y el rendimiento financiero. La encuesta realizada a 192 empresas que pertenecen al
sector del plástico llegaron a demostrar resultados equitativos entre la responsabilidad económica 40% y
responsabilidad social 40%, mientras únicamente el 20% responde a la responsabilidad ambiental, lo cual
descifran que, si bien se está realizando inversiones en la industria del plástico con productos socialmente
responsables, entre ellos; la reutilización de empaques para otros usos, estos no son del todo suficientes
para la preservación ambiental.
Por último, de acuerdo con los razonamientos expuestos por Gómez et al. (2017) en la investigación hacia
las Pymes del sector calzado en Ecuador, determinan como la dimensión ambiental sigue registrando
niveles bajo ante otras dimensiones como la ética, filantropía, laboral, conocimiento comercial, difusión y
legal. Tal es así que, mediante la encuesta efectuada a propietarios de 24 Pymes del sector calzado se
concluye que todas las dimensiones a excepción de la ambiental y el conocimiento poseen un buen nivel, lo
cual se concluye no poder afirmar que existe una verdadera ejecución de las prácticas de RSE al verse
reducida la variable del conocimiento, siendo esta la que permite potencializar a todas las demás
dimensiones de la RSE.
3.4. Buenas prácticas ambientales.
En la investigación realizada por Álvarez et al. (2020) sobre la responsabilidad social en las empresas
ecuatorianas en la última década, se expone cómo la aplicación de prácticas socialmente responsable
genera un impacto favorable en la vida de los participantes. Para esto, mediante encuestas dirigidas a cien
colaboradores de cuatro empresas que aplican RSE como PRONACA, Universidad Técnica Estatal de
Quevedo, Cooperativa de Ahorro y Crédito indígena y Banco Pichincha C.A., se concluye que el 73% de
encuestados conocen sobre la responsabilidad social empresarial, así mismo, el 38% considera que en la
empresa donde laboran, se preocupa por minimizar los daños a la comunidad y al medio ambiente, lo cual
se debe al proceso de capacitaciones que han recibido, esto representa el 77%.
En ese mismo sentido, en la investigación realizada por Palacio y Mantilla (2018) sobre las técnicas de
responsabilidad social aplicadas en las empresas de Adelca y Unilever, se describen los avances y
resultados que tienen ambas entidades al no dejarse llevar solo por la convicción de adquirir la
responsabilidad hacia la sociedad directa o indirectamente, sino, de realizar planes bien estructurados de
RSE que involucran objetivos destinados a mejorar la calidad de vida y a reducir el impacto ambiental,
obteniendo de aquello, efectos satisfactorios.
Con el mismo propósito, Solís (2017) expone cómo la empresa Arca Continental ha mejorado su imagen
corporativa gracias a la implementación de un modelo sostenible y de responsabilidad social, lo que
permite desarrollar estrategias de manera organizada y proactiva. Este modelo se basa en la cultura